Así se llamaban los loritos que tuve cuando era pequeña. El nombre se lo puso mi madre, caraqueña, y no podía ser más tropical. Se volvían locos cantando sin parar cuando mi padre trajo de Puerto Rico el disco de Juan Luis Guerra y 4:40. Su canción favorita Ójala que llueva café, que poníamos los domingos.
Me recuerdan a mi infancia.
Quiero ser "maruja", y pasarme el día cosiendo, haciendo punto, ganchillo, manualidades, cocinitas y otras "marujadas", pero sólo las hago de vez en cuando, cuando puedo, cuando tengo tiempo; casi todas para mi hija Greta, de cuatro años, que también quiere coser y hacer punto cuando me ve.

Parchita y cotoperí

martes, 18 de enero de 2011

Un chaleco para Greta






La adquisición de lanas en Dinamarca de este verano está siendo sin duda un verdadero incentivo para tejer sin parar. Acabé el chaleco largo para Greta mezclando lana de alpaca muy suave con lana de oveja más tosca, pero ambas con la misma tintada y por tanto pensadas para mezclarlas tejiendo a la vez, tal y como me explicaron en la tienda de Isager en Dinamarca.

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