Así se llamaban los loritos que tuve cuando era pequeña. El nombre se lo puso mi madre, caraqueña, y no podía ser más tropical. Se volvían locos cantando sin parar cuando mi padre trajo de Puerto Rico el disco de Juan Luis Guerra y 4:40. Su canción favorita Ójala que llueva café, que poníamos los domingos.
Me recuerdan a mi infancia.
Quiero ser "maruja", y pasarme el día cosiendo, haciendo punto, ganchillo, manualidades, cocinitas y otras "marujadas", pero sólo las hago de vez en cuando, cuando puedo, cuando tengo tiempo; casi todas para mi hija Greta, de cuatro años, que también quiere coser y hacer punto cuando me ve.

Parchita y cotoperí

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Un vestido veneciano



Mis padres me trajeron de Venecia unas madejas italianas de algodón "mecerizzato" de unos colores preciosos, con los que me lancé a hacer una camisola-vestidito. Tropical Lane de Millefili: 100% cotone egiziano, de paseo por el Ghetto.
El modelo de Phildar, revista francesa que compré en Inke. La cinta de terciopelo malva clarito es de Megino (Corredera Alta de San Pablo, una mercería imprescindible, mejor que Pontejos).
Creo que va a ser versátil porque también lo puede usar con camisetas debajo para entretiempo y con cosas de cuello vuelto para invierno. "Vale pa tó".

No hay comentarios:

Publicar un comentario