Así se llamaban los loritos que tuve cuando era pequeña. El nombre se lo puso mi madre, caraqueña, y no podía ser más tropical. Se volvían locos cantando sin parar cuando mi padre trajo de Puerto Rico el disco de Juan Luis Guerra y 4:40. Su canción favorita Ójala que llueva café, que poníamos los domingos.
Me recuerdan a mi infancia.
Quiero ser "maruja", y pasarme el día cosiendo, haciendo punto, ganchillo, manualidades, cocinitas y otras "marujadas", pero sólo las hago de vez en cuando, cuando puedo, cuando tengo tiempo; casi todas para mi hija Greta, de cuatro años, que también quiere coser y hacer punto cuando me ve.

Parchita y cotoperí

lunes, 3 de octubre de 2011

Manoplas letonas para Daniel / Tejiendo en Lake Superior

Esta es una de las labores que empecé tarde. Las manoplas debían estar terminadas para regalárselas a mi amigo Dan al llegar a Minnesota. Sin embargo fueron mis compañeras de viaje durante mi estancia en Saint Cloud y el viaje que hicimos a Grand Marais en Lake Superior, EEUU. Finalmente terminadas, por lo menos antes de regresar a España y pude dárselas.
Son auténticas de verdad porque hasta la lana, 100% oveja y rústica es originalmente de Letonia, mi amiga Guna la trae de su tierra y la vende en su blog.
Les hice los puños distintos porque temía que no me llegara el color gris oscuro para poner terminarla (que sí me llegó y me sobró), pero no podía arriesgarme. Sin embargo luego me di cuenta que me gustaba que fueran distintos, parecen más auténticos y más artesanales también.

2 comentarios:

  1. Ay, mira, este dibujo no lo había visto. Te han quedado muy bien. Y a mí también me gustan los puños no iguales. ¡Felicidades!

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  2. ¡Preciosas! las manoplas y la manta. Cuando acabe lo que tengo entre manos mi hija quiere que le haga unas manoplas así que seguro que se las hago con los puños diferentes.
    Bienvenida de nuevo al ciberespacio. A ver si tenemos la oportunidad de vernos.
    Bss.

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