Así se llamaban los loritos que tuve cuando era pequeña. El nombre se lo puso mi madre, caraqueña, y no podía ser más tropical. Se volvían locos cantando sin parar cuando mi padre trajo de Puerto Rico el disco de Juan Luis Guerra y 4:40. Su canción favorita Ójala que llueva café, que poníamos los domingos.
Me recuerdan a mi infancia.
Quiero ser "maruja", y pasarme el día cosiendo, haciendo punto, ganchillo, manualidades, cocinitas y otras "marujadas", pero sólo las hago de vez en cuando, cuando puedo, cuando tengo tiempo; casi todas para mi hija Greta, de cuatro años, que también quiere coser y hacer punto cuando me ve.

Parchita y cotoperí

viernes, 26 de noviembre de 2010

El calor es invisible pero el punto lo hace tangible



Para estos días de frío polar... "Bloggeando" he encontrado este anuncio de la compañía belga de gas natural. Es una belleza que me ha dejado cautivada. Solo dura 37 segundos ¡dale al play! vale la pena.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

MANOPLAS LETONAS



Hace poco encontré a La tertulia madrileña del punto, que se reúne una vez al mes, a veces en el Círculo de Bellas Artes, otras en algún Starbucks con sillones cómodos, para pasar unas horas tejiendo, compartiendo patrones, ideas, lanas... La principal promotora es Guna, una mujer letona que hace maravillas, teje como los ángeles, consigue lanas y fibras impresionantes que trae de su país y cuyas capacidades y sabiduría "tejeriles" supera con creces a cualquiera en España, y de verdad que no exagero. Bueno pues Guna ha organizado un taller monográfico de manoplas letonas al que por supuesto me he apuntado.
En internet he encontrado un poco de información sobre esta espectacular tradición. En el encuentro de la OTAN en Riga en 2006, la recepción se llevó a cabo con un increíble regalo para todas las delegaciones de la OTAN de todo el mundo: 4.500 pares de manoplas letonas tejidas a mano por mujeres y hombres de todo el país.

Algunos enlaces interesantes: